LAS DIOSAS QUE VIVEN EN UNA MUJER MADURA.
¿Por qué algunas mujeres valoran, ante todo, el matrimonio y la familia, mientras que otras atribuyen más la importancia a la independencia y a la propia realización? ¿Por qué una misma mujer se comporta, según sea el entorno, como extravertida o introvertida? Éstas y otras muchas preguntas reciben una insólita y fascinante respuesta en el presente libro. Sucede que cuanto más compleja es una mujer más probable es que tenga dentro de sí muchas ‘diosas activas’.
La tarea consiste en decidir cuál de ellas cultivar y cuál superar.
La tarea consiste en decidir cuál de ellas cultivar y cuál superar.
Las diosas de cada mujer explica que cuando una mujer comprende sus propios patrones internos puede llegar a superar toda una serie de dicotomía restrictivas, tales como: masculino/femenino, madre/amante, profesional/ama de casa, etc. Estos patrones internos toman la forma de siete diosas arquetípicas que son otros tantos tipos de personalidad. Se trata de que cada mujer identifique a sus diosas dominantes (que van desde la autónoma Artemisa, pasando por Hera, diosa del matrimonio, o Perséfone, reina del mundo subterráneo, o Hestia, prototipo de la mujer paciente).
Las diosas de cada mujer es, en suma, una guía escrita para todas las mujeres por la fuente de su propio misterio, y para todos los hombres encantados por una mujer.
Las diosas de cada mujer es, en suma, una guía escrita para todas las mujeres por la fuente de su propio misterio, y para todos los hombres encantados por una mujer.
LA MAGIA DE SER MUJER DESPUÉS DE LOS 60s
Se necesita mucho valor para amar a las mujeres marcadas por el pasado, aquellas de carácter fuerte pero de corazón bueno. Se necesita mucho amor para curar las heridas y las desilusiones.
Pero, sobre todo, se necesita ser inteligente, porque son tan maduras y tan experimentadas que ya no creen en lo que sienten, sino en lo que estés dispuesto a hacer por ellas.
Acumulamos de manera perfecta la experiencia y la juventud, lo que nos hace dominar el arte y el manejo de nuestra esencia, sumando vida a los años que hemos disfrutado y los que nos quedan por disfrutar.
Porque una mujer de más de 60, deja huella por donde camina, haciéndose dueña de sus pasos. Siente que pisa fuerte, transmite seguridad en sí misma y ha logrado una estabilidad y un equilibrio emocional y personal que hipnotiza.
Las mujeres de mi generación son las mejores. Y punto. Hoy tienen cincuenta y pico, y son bellas, muy bellas, pero también serenas, comprensivas, sensatas y, sobre todo, endiabladamente seductoras, esto a pesar de sus incipientes patas de gallo o de esa afectuosa celulitis que capitanea sus muslos, pero que las hace tan humanas, tan reales…
Hermosamente reales.”
¿QUE CUÁNTOS AÑOS TENGO?
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños se empiezan a acariciar con los dedos y las ilusiones se convierten en esperanza.
Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada, ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada. Y otras un remanso de paz, como el atardecer en la playa.
¿Qué cuántos años tengo? No necesito con un número marcar, pues mis anhelos alcanzados, las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones rotas…
Valen mucho más que eso.
Valen mucho más que eso.
¡Qué importa si cumplo veinte, cuarenta, o sesenta!
Lo que importa es la edad que siento.
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.
Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.
¿Qué cuantos años tengo? ¡Eso a quién le importa!
Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento.
Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento.