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HISTORIADORA DE RITOS Y COSTUMBRES DE LATINOAMÉRICA

21.11.12

" EL CANTO DE LAS SIRENAS"

SON LAS SIRENAS HERMOSAS CRIATURAS O MONSTRUOS MARINOS.


"Encantan a los mortales que se les acercan. ¡Pero es bien loco el que se detiene para escuchar sus cantos! Nunca volverá a ver a su mujer ni a sus hijos, pues con sus voces de lirio las sirenas lo encantan, mientras que la ribera vecina está llena de osamentas blanqueadas y de restos humanos de carnes corrompidas..."

Las sirenas detentaban una voz de inmensa dulzura y musicalidad y se prodigaban en cantos cada vez que un barco se les acercaba, por lo que los marineros, encantados por sus sonidos, cuando no podían huir de ellas se arrojaban al mar para oírlas mejor pereciendo irremediablemente. Sin embargo, si un hombre era capaz de oírlas sin sentirse atraído por ellas una de las sirenas debería morir.
¿Quiénes son las sirenas?
Las sirenas de la época homérica son tres hermanas, hijas del dios río Aquelloo y de la musa de la poesía Calíope. Lidia toca la flauta, Fartenopea la lira y Leucosea lee los textos y los cantos. 

La apariencia física de las sirenas evolucionó. En la época griega, eran representadas como seres alados, con cara humana y cuerpo de ave como lo prueban las diferentes vasijas griegas antiguas. Su transformación en criaturas mitad mujer, mitad pez, con la parte inferior recubierta de escamas, se remonta aparentemente a la Edad Media y a las leyendas celtas y germánicas.
HISTORIAS DE SIRENAS Y TRITONES.

Cuenta la leyenda que en el pasado eran seres humanos, pero fueron convertidas en pez por poderes desconocidos.
La parte superior de su cuerpo es una hermosa mujer de piel como de seda y tono bronceado y de cabellos verdosos o azulados similar a las algas. Su parte inferior es la de un pez con cola y escamas verdes-plateadas.
Sus formas son parecida a la de los seres humanos, con mismo el peso y altura. Aunque las sirenas suelen vivir unos 150 años.

 Los machos son conocidos como Tritones.

Los Tritones, medio hombres, y medio peces, gozaban la misma prerrogativa de Semideidades. Venían a ser los trompeteros de Neptuno, bajo de cuyas órdenes, inspirando su aliento a una concha retorcida en forma de bocina, con su ronco sonido aterraban el piélago.
La sociedad de estos seres es fuertemente patriarcal. Sus poblados están instalados en acantilados y arrecifes. Están construidos con corales y conchas marinas. Les gusta habitar en paz y armonía con su entorno.
En otras historias, Tritón -o los tritones- también tenían otro lado menos benevolente. Como si fuesen "sátiras del mar", los tritones tenían la mala costumbre de molestar a las mujeres que se bañasen en el mar y a los hombres jóvenes.
LA SEXUALIDAD DE LAS SIRENAS,ALGUNAS MUJERES SOMOS SIRENAS?

Si hay algo que hermana a las sirenas de todo el mundo es que son un “símbolo de lujuria”; y por eso, en la Edad Media fueron denigradas por la Iglesia. Por algo, la naturaleza, la tierra, la luna son femeninas y suscitan esa negación conservadora del goce “pagano”. Sucede lo mismo con Lorelei del río Rhin, con Viviana, la Dama del Lago, que raptó a Lancelot y con las sirenas de las lagunas de Tarapoto: su inflamable sexualidad hace que, por ejemplo, la palabra ninfómana derive de ninfa.


Pero si hay algo que yo siento más intrínseco en una sirena es que representael sobrenatural amor-pasión y la importancia del misterio. Cuando se cruza el mundo féerico con el humano (una recurrencia típica de los mitos) se debe guardar el secreto de esa belleza. Si alguien lo vulnera o no es capaz de resistir la curiosidad por resolver el enigma –la cola de pez- de una mujer preciosa: puede ocasionar su pérdida y una maldición. 
“Las sirenas como ella tienen la máxima intensidad, los elementales son cien por cien, aman sin barreras ni límites. El humano no, siempre va a amar de forma limitada... Una auténtica sirena no tiene el corazón cobarde y te enseña a amar incondicionalmente”.

Cuando la verdadera llegue a mi vida aprenderé la lección de la canción “El capitán y la sirena” de Rubén Blades. En esta la racionalidad ordenaba que no se podían amar: ’Yo no sé respirar en la tierra, mi amor’, con dolor le decía la sirena. ‘Yo no sé respirar bajo el agua del mar’, contestaba el marino, con pena. 
El coro preguntaba: ¿qué hacer, qué hacer, cuando el amor nos condena? Y respondía: Busquen su estrella, sigan su estrella. Cuando no funcionan ni la tierra ni el agua, solo nos salvan las valientes estrellas. 

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