EL ELIXIR DE AMOR -UNA FURTIVA LÁGRIMA
Compositor: Gaetano Donizetti
Título original: L'elisir d'amore Ambientación: Italia rural,1812
La rica y encantadora Adina tiene dos pretendientes: el sencillo campesino Nemorino, que es demasiado tímido para confesarle su amor, y el sargento Belcore, que ha recibido la orden de hospedarse en la casa de Adina, a la que comienza a cortejar con impaciencia.
Adina se burla del pobre Nemorino, que la ama fielmente y no puede sacarse de la cabeza una historia que le ha contado Adina y en la que se hablaba de un elixir de amor que procuró a un tal Tristán el amor de Isolda. Entonces llega el coche de un viajero destacado.
Todos los habitantes del pueblo, curiosos, lo rodean. El coche pertenece a Dulcamara, un curandero que pregona a los cuatro vientos su fama y ofrece una multitud de extraños remedios.
Nemorino le pregunta si no hay un elixir para el amor. Naturalmente que Dulcamara tiene uno. De todos modos cuesta todos los ahorros de Nemorino y tendrá efecto sólo 24 horas después (o sea, cuando el curandero se haya marchado del lugar).Sin embargo, los primeros efectos se producen de inmediato: el vino tinto común, pues no se trata de otra cosa , pone a Nemorino muy alegre. Canta y baila como nunca y de repente, deja de interesarse por Adina. Por eso ésta decide, por despecho y por aparentar, casarse de inmediato con el sargento Belcore. Cuando aparece el notario, Adina declara repentinamente que ya no tiene prisa, a pesar de que su prometido debe irse a la guerra a la mañana siguiente. Nemorino está tan satisfecho con el elixir que quiere comprar otro frasco. Puesto que no tiene más dinero, Dulcamara se lo niega. Sin embargo, Nemorino, que ha espabilado, encuentra una solución: se alista en el ejército y con el dinero que recibe compra otro frasco.
Adina se siente cada vez más atraída por él, sobre todo porque cree que Nemorino quiere ir a la guerra a causa de su indiferencia. Pero Nemorino se muestra más esquivo que antes, porque ahora cree firmemente en los efectos del elixir; ¡incluso ha observado una lágrima oculta en los ojos de Adina! A esa lágrima le canta un aria, en el estilo del bel canto, que se ha hecho famosísima: «Una furtiva lagrima».
Nemorino se asombra del éxito rotundo del elixir; todas las jóvenes se pelean por él, quieren estar en su compañía, lo agasajan. Se han enterado (antes que el mismo Nemorino) de que ha muerto su tío, que le ha dejado en herencia una gran fortuna. Por último, Adina, que todavía no sabe nada de la suerte de Nemorino, no puede quedarse como simple espectadora. Compra su libertad en el regimiento y se arroja en sus brazos para que no se marche a la guerra. Belcore se consuela rápidamente. Y el curandero hace el mejor negocio de su vida, pues todo el pueblo quiere poseer el extraordinario elixir de amor.